¿Qué es un libro?



Cuando comencé a escribir pensaba que cualquier conjunto de papel encuadernado era un libro. El tiempo me ayudó a darme cuenta que no, que un libro tiene características que lo diferencian de un folleto o de la encuadernación de páginas varias.
Hemos visto muchos libros a lo largo de nuestras vidas, los hemos sostenido sobre nuestras manos cuando íbamos a estudiar o a nuestros centros religiosos o en nuestras casas. Incluso fueron parte esencial y vital de nuestra educación, pero no sabemos en realidad qué es libro.
Busquemos algunas definiciones en diccionarios o páginas web. Un libro se define como:
“Un conjunto de hojas de papel, pergamino, vitela, etc., manuscritas o impresas, unidas por uno de sus lados y normalmente encuadernadas, formando un solo volumen” .
“Conjunto de hojas unidas formando un volumen que se rellena con distintos datos para llevar un registro; suele tener una parte impresa con blancos para ser rellenados con los datos”.
“Un libro es una obra impresa que trata de algún tema”
Estos conceptos nos brindan una idea. Pero, qué sucede si lo que buscamos es publicar nuestro primer libro y estos conceptos no nos dicen cómo hacerlo. Estamos motivados para publicar porque hemos escuchado  que un ser humano debe tener hijos, plantar un árbol y publicar un libro. El detalle es que se asistimos a una imprenta pensando que tienen la solución para nuestro proyecto. No dudo que algunos imprenteros tienen noción, en tanto no siempre es así. Ellos nos ayudarán a producir cualquier cosa, sobre todo si su interés no  tiene que ver con que el contenido sea bueno o que se publique un libro de verdad con su respectivo ISBN. Muchos están más interesados en generar ingresos para su imprenta o comisiones y no en dar a luz una buena obra. Lo mismo puede suceder con las editoriales por encargo o las emergentes cuando no se tiene idea de qué se debe publicar y qué es un libro. Lamentablemente muchos escritores neófitos se pierden en esos océanos y naufragan. Después se preguntan por qué sus libros no son leídos. Ojo que el proceso de distribución y divulgación de la obra publicada es otro rubro.
La UNESCO nos dice que un libro debe contener 50 páginas. Si tiene menos es un folleto. Así de simple. Entonces el primer parámetro para saber si tenemos un  libro es el número de páginas, no de hojas (en una pueden haber dos páginas, revés y derecho).
Algunos escriben a mano, unas raras excepciones lo hacen en máquinas de escribir. Lo usual es que la gente escribe directamente en su computadora, la cual tiene automático el A4 o la página tamaño carta. En tanto, a la hora de publicar por lo general será en A5, es decir en media carta. Entonces el libro que tiene de contenido 50 páginas tamaño carta se puede convertir en uno de 100. A estos hay que contar la portada, la página de créditos, dedicatorias, frases, índice, entre tantas cosas más. Es decir que un libro no depende solo de las páginas de contenido.
Debemos sumar que existen profesiones relacionadas con la publicación de un libro, una de estas es el diseñador gráfico. Vivimos en un tiempo que la imagen pesa e influye, por lo tanto el libro debe contener  cubierta, lomo y contracubierta. Todo bien diseñado y diagramado, pensando en los lectores.
Al conocer estos detalles vamos al contenido. El libro depende del tema que se quiera o deba publicar. Son cosas distintas, verbos diferentes: querer y deber. La experiencia de un escritor, las lecturas, el estudio se convierte en un buen consejero. Sin embargo, se debe tener prudencia con lo que buscamos publicar. Deben seguir varios parámetros. Si el escritor debe tener un buen detector para sortear estas situaciones, más debe tener el escritor neófito para no dar un paso en falso.
El principal es que los escritos deben ser cuidados, con buena ortografía y con sintaxis comprensible. El escritor debe conocer de gramática. Lo cual demanda mucho tiempo, se debe leer, releer y volver a releer para asegurarnos que no existen errores en lo que vamos a publicar. Este trabajo no es ejercido solo por quien escribe; debe hacerlo otro par de ojos, los editores y correctores son los idóneos. Cuando se elaboran autopublicaciones se obvian estos detalles, lo cual le resta puntos a la obra publicada. Por más experiencia que se tenga siempre necesitamos de los demás y debemos ser humildes para aceptarlo si queremos crecer.
Los temas que pueden convertirse en libros son varios. Así como los géneros literarios que se van a usar. Incluso una colección de escritos puede formar un libro, solo que esa colección se llamará antología.
El escritor tiene como oficio escribir. El escritor elabora libros que después podrán ser publicados o no. El escritor debe comprometerse a escribir dando lo mejor de sí. Y todo esto se conseguirá si aceptamos que debemos aprender para poder hacer.
¿Sabes ahora qué es un libro?



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