Mickey mira tras las rejas

por Mauricio Vallejo Márquez

Aquellos tiempos en que la fauna habitaba el mundo a sus anchas, está pasando. Al menos son pocos los lugares donde esto se aprecia. En cambio, ahora los animales que habitan el globo deben adaptarse a la civilización humana, a sus calles y edificaciones, y olvidar el campo sin remedio (si es que lo conocieron). Mickey, este precioso chiguagua de la fotografía pasa la mayor parte de su vida en tres metros cuadrados y cuando sale de su casa, apenas se aleja unos metros. Cuando la puerta está abierta se queda por horas observando el universo entre las rejas. Mickey no quiere correr mundo, pero tiene un corazón más grande que su cuerpo. Siempre que me saluda está alegre y de vez en cuando es efusivo, aunque la mayor parte del tiempo es comedido. Aguarda a que yo lo acaricie, y mueve su cola con un ritmo de aprendiz de percusionista.
Siempre saluda, sin tanto relajo pero mostrando una triste felicidad. Y cuando se siente solo se queda como en la foto, apoyando su hocico entre las rejas, pero no intenta escapar. A veces llora, pero casi siempre soporta su soledad con estoicismo. Qué lecciones tan grandes para un perro tan pequeño.
Y así sigue su vida saliendo pocos metros, aguardando las horas tras las rejas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
"buenisiomo...
asi como los seres humanos nos encontramos tras las rejas de nuestra propia mente,,, el perrito nos da una gran leccion de aprecio a la libertad... solo tres metros.

Sara Ramírez

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