El refugio

Dos tortolitas aguardan a que la lluvia escampe, casi al filo de que la muerte de la tarde llegue. En silencio observan a sus lados sin moverse, parecen una extensión de las barandas de metal que simulan ser defensas.
La lluvia cae como una cascada o como si alguien dejara caer una inmensa huacalada de agua que parece no tener fin.
La pareja emplumada esperan con esa hermosa paciencia que su realidad ha labrado en ellas, una paciencia que les hace llegar a la noche como si no ecistieran las horas.



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