Al resguardo de la lluvia

Por Mauricio Vallejo Márquez

Las noches de lluvia me hacen recordar. Hoy las nubes me anunciaban que antes de salir del bus me iban a caer sin piedad. Pero a lo por hacer, hecho. Me apresuré sin mayor éxito, la lluvia era una realidad. Menos mal que mi maleta me ayuda a palear un poco eso de empaparse. Y al comenzar a correr descubrí un pequeño techito, un metro cuadrado, quizá, pero suficiente para abrigarme mientras escampaba. Y fue ahí que recordé esas aventuras que vienen con las tormentas, aquella tarde cuando en trío subimos a buscar un tambito de gas. Una tarde de esas que te empapa la vida para nunca secarse. Y cómo a pesar del silencio y el rumor de las gotas acomodándose en el pavimento iban enhebrando historias. Sólo un poco de lluvia es suficiente para que se desborden los días para no olvidar.

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